Inspección y Palpación
Inspección
La inspección del paciente inicia desde el momento de la anamnesis: el observador estará atento a la actitud de la cintura escapular adoptada mientras el paciente se comunica, así como a las adaptaciones que se hayan realizado debido a algún eventual problema subyacente. Antes de realizar un examen físico completo del hombro, se impone una adecuada observación del mismo, siempre con los hombros totalmente descubiertos (sin camisa y con el pecho cubierto en el caso de pacientes mujeres).
Se debe visualizar ambos simultáneamente, evaluando posibles deformidades óseas, estado de la piel, cicatrices, asimetrías, edema, equimosis, hematomas o atrofias musculares. Viendo desde posterior, el hombro dominante se evidencia usualmente más bajo que el no dominante. Se debe comparar siempre las fosas supra e infraespinosa en busca de atrofias en los músculos supraespinoso e infraespinoso.
Es necesario estar atento a alteraciones en la columna, ya que una actitud cifótica puede condicionar la movilidad de las escápulas. Además, un acromion prominente puede ser signo de luxación de hombro. La observación de atrofias y movimientos de la mano nos guiará en la diagnósis de posibles alteraciones neurológicas de la extremidad.
Referencias anatómicas a la inspección del hombro
Ejemplos de alteraciones a la inspección del hombro
Palpación
Después de una adecuada observación de la cintura escapular, se debe palpar el hombro y cuello posterior. Deberá palparse el trapecio (en busca de posibles contracturas musculares), la espina de la escápula, acromion y articulación acromio-clavicular, cabeza del húmero, sitio de inserción del manguito rotador, corredera bicipital, inserción del pectoral mayor.
Las contracturas musculares son comunes en la cintura escapular, no sólo del trapecio sino también de los romboides y elevador de la escápula. Dichas contracturas sólo serán diagnosticadas si se realiza una adecuada palpación de estos músculos.
Las alteraciones de sensibilidad en la cintura escapular podrían corresponder a lesiones neurológicas. Es importante buscar atrofias en las tres porciones del deltoides, si se sospecha lesión del nervio axilar. Cambios en la temperatura o sudoración de la mano son signos de lesión neurológica de la extremidad superior.